Boricua brilla en el campo de la microbiología
Es responsable de importante estudio sobre las bacterias que se encuentran en su casa
Si es pertinente que las salas de espera de un hospital
sean cerradas o si se le debe permitir a los niños exponerse más a
espacios abiertos son algunas de las interrogantes que trae a la
discusión de la comunidad científica la joven de 27 años, Jean Frances
Ruiz Calderón, residente de Fajardo.
A través de su tesis doctoral “Walls talk: microbial biogeographic of home spanning urbanization”, Ruiz Calderón evaluó la ecología microbiana en espacios abiertos rurales y en otros urbanos. El objetivo de su estudio, que demoró dos años e incluyó visitar El Amazonas, Brasil y Perú, era demostrar cómo cambian las bacterias a medida que se cambia de una estructura arquitectónica a otra.
Para ello, Ruiz Calderón, guiada por su mentora la profesora María Gloria Domínguez Bello de la Universidad de Nueva York y el arquitecto Humberto Cavallín, de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras, visitó cuatro lugares distintos y tomó muestras -en cada uno de ellos- de las bacterias que encontró en paredes y pisos.
“Nuestro estudio trata de las bacterias que se encuentran en los hogares de las personas y cómo cambian a medida que nos urbanizamos. Queríamos comparar lugares absolutamente rurales, con estilos de vida como el de nuestros ancestros, lugares abiertos, con todo natural, que usan la caza y el recolectar (alimentos). Versus una vida urbana en ciudades donde vivimos en lugares encerrados, en un edificio. Lo que hicimos fue que viajamos al Amazonas y en donde termina Perú y conecta con Ecuador, ahí encontramos una comunidad de indígenas que viven ese estilo de vida -como lo vivían nuestros ancestros- y basado en eso tomamos muestras microbiológicas de esos hogares”, explicó.
También, dijo, tomaron muestras de dos ciudades adicionales de Perú, que tienen una estructura intermedia o que no es totalmente rudimentaria.
“Una de ellas era una comunidad pequeña. Se llamaba Puerto Almendras. En esa comunidad todavía existen personas en lugares hechos de elementos naturales, con introducción de elementos industriales. Por ejemplo, bloques de cemento o piso de cemento. Mientras que habían otras que todavía tenían el techo de paja. Otras casas eran cerradas, pero los espacios no están del todo divididos dentro de la casa”, sostuvo la microbióloga, graduada del programa de Biología con especialidad en microbiología de la UPR recinto de Río Piedras.
La comunidad Iquitos en Perú, de casas con divisiones parciales en su interior y la comunidad de Manaos en Brasil, que es una totalmente urbana, también formaron parte del muestreo para el estudio, dijo Ruiz Calderón. El viaje a El Amazonas fue grabado para un documental del Smithsonian Channel, llamado "Aliens inside us".
Tras las muestras, hallaron que las bacterias que están en el piso de las casas son propias de los seres humanos y de las actividades que se realicen en ese hogar. Por ejemplo, dijo Ruiz Calderón, que en si en una casa sus ocupantes caminan por el piso descalzos o si tienen mascotas -como perros o gatos- las bacterias están mayormente asociadas a esas actividades.
“Diferentes costumbres humanas afectan la ecología microbiana del piso, esto sin incluir qué tipo de comunidad sea. En las paredes, es interesante (el hallazgo). En lugares urbanos -como los que vivimos- las paredes son afectadas por las bacterias que liberamos dependiendo del tipo de uso que se le de a ese espacio. Por ejemplo, en las paredes de los baños se encuentran muchas bacterias de la boca -por lavarnos los dientes allí- o del intestino humano porque ahí hacemos las necesidades (biológicas). La división de espacios hace que se especialicen las bacterias”, destacó la microbióloga.
Así las cosas, el estudio determinó que en espacios más abiertos se hallaba una cantidad menor de bacterias humanas, “que potencialmente pueden ser dañinas para uno”. A menor apertura (de los espacios), se hallaban más bacterias humanas que ambientales, dijo Ruiz Calderón.
“Esto significa que estamos siendo expuestos a bacterias que no necesariamente son las que nosotros evolucionamos para desarrollar un sistema inmune. Como nosotros estamos en lugares urbanos encerrados en espacios, las bacterias que nos encontramos son diferentes a aquellas encontradas en lugares rurales”, explicó.
Precisó que cuando el ser humano se expone a bacterias, su sistema inmunológico se prepara y las repele, pero eso se minimiza en espacios cerrados.
“Entonces eso nos hace preguntarnos si las salas de espera de los hospitales deben ser lugares abiertos o cerrados, si dentro de las casas debemos mantenernos 100% aislados del ambiente o si los niños hay que dejarlos exponerse a mayor cantidad de espacios abiertos. Si eso les hace bien o mal”, indicó Ruiz Calderón.
“Significa que el artículo nuestro causó un impacto grande en la comunidad científica y da paso a muchas preguntas sobre nuestro estilo de vida”, agregó.
Esas interrogantes motivaron que el estudio de Ruiz Calderón, publicado en la revista “Science Advances”, fuera seleccionado por la organización American Association for the Advancement of Science para discusión de la comunidad científica. Y este próximo 11 de febrero, Ruiz Calderón, comparecerá ante los miembros de ese organismo que se reunen en el Washington Marriott Wardman Park Hotel, en Washington, para escuchar su disertación.
“Espero poder representar a Puerto Rico, una isla tan pequeña que siempre ha generado información valiosa en el mundo científico. Siendo tan pequeños, aportamos estudios tan importantes y con tanta relevancia”, puntualizó la joven.
A través de su tesis doctoral “Walls talk: microbial biogeographic of home spanning urbanization”, Ruiz Calderón evaluó la ecología microbiana en espacios abiertos rurales y en otros urbanos. El objetivo de su estudio, que demoró dos años e incluyó visitar El Amazonas, Brasil y Perú, era demostrar cómo cambian las bacterias a medida que se cambia de una estructura arquitectónica a otra.
Para ello, Ruiz Calderón, guiada por su mentora la profesora María Gloria Domínguez Bello de la Universidad de Nueva York y el arquitecto Humberto Cavallín, de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras, visitó cuatro lugares distintos y tomó muestras -en cada uno de ellos- de las bacterias que encontró en paredes y pisos.
“Nuestro estudio trata de las bacterias que se encuentran en los hogares de las personas y cómo cambian a medida que nos urbanizamos. Queríamos comparar lugares absolutamente rurales, con estilos de vida como el de nuestros ancestros, lugares abiertos, con todo natural, que usan la caza y el recolectar (alimentos). Versus una vida urbana en ciudades donde vivimos en lugares encerrados, en un edificio. Lo que hicimos fue que viajamos al Amazonas y en donde termina Perú y conecta con Ecuador, ahí encontramos una comunidad de indígenas que viven ese estilo de vida -como lo vivían nuestros ancestros- y basado en eso tomamos muestras microbiológicas de esos hogares”, explicó.
También, dijo, tomaron muestras de dos ciudades adicionales de Perú, que tienen una estructura intermedia o que no es totalmente rudimentaria.
“Una de ellas era una comunidad pequeña. Se llamaba Puerto Almendras. En esa comunidad todavía existen personas en lugares hechos de elementos naturales, con introducción de elementos industriales. Por ejemplo, bloques de cemento o piso de cemento. Mientras que habían otras que todavía tenían el techo de paja. Otras casas eran cerradas, pero los espacios no están del todo divididos dentro de la casa”, sostuvo la microbióloga, graduada del programa de Biología con especialidad en microbiología de la UPR recinto de Río Piedras.
La comunidad Iquitos en Perú, de casas con divisiones parciales en su interior y la comunidad de Manaos en Brasil, que es una totalmente urbana, también formaron parte del muestreo para el estudio, dijo Ruiz Calderón. El viaje a El Amazonas fue grabado para un documental del Smithsonian Channel, llamado "Aliens inside us".
Tras las muestras, hallaron que las bacterias que están en el piso de las casas son propias de los seres humanos y de las actividades que se realicen en ese hogar. Por ejemplo, dijo Ruiz Calderón, que en si en una casa sus ocupantes caminan por el piso descalzos o si tienen mascotas -como perros o gatos- las bacterias están mayormente asociadas a esas actividades.
“Diferentes costumbres humanas afectan la ecología microbiana del piso, esto sin incluir qué tipo de comunidad sea. En las paredes, es interesante (el hallazgo). En lugares urbanos -como los que vivimos- las paredes son afectadas por las bacterias que liberamos dependiendo del tipo de uso que se le de a ese espacio. Por ejemplo, en las paredes de los baños se encuentran muchas bacterias de la boca -por lavarnos los dientes allí- o del intestino humano porque ahí hacemos las necesidades (biológicas). La división de espacios hace que se especialicen las bacterias”, destacó la microbióloga.
Así las cosas, el estudio determinó que en espacios más abiertos se hallaba una cantidad menor de bacterias humanas, “que potencialmente pueden ser dañinas para uno”. A menor apertura (de los espacios), se hallaban más bacterias humanas que ambientales, dijo Ruiz Calderón.
“Esto significa que estamos siendo expuestos a bacterias que no necesariamente son las que nosotros evolucionamos para desarrollar un sistema inmune. Como nosotros estamos en lugares urbanos encerrados en espacios, las bacterias que nos encontramos son diferentes a aquellas encontradas en lugares rurales”, explicó.
Precisó que cuando el ser humano se expone a bacterias, su sistema inmunológico se prepara y las repele, pero eso se minimiza en espacios cerrados.
“Entonces eso nos hace preguntarnos si las salas de espera de los hospitales deben ser lugares abiertos o cerrados, si dentro de las casas debemos mantenernos 100% aislados del ambiente o si los niños hay que dejarlos exponerse a mayor cantidad de espacios abiertos. Si eso les hace bien o mal”, indicó Ruiz Calderón.
“Significa que el artículo nuestro causó un impacto grande en la comunidad científica y da paso a muchas preguntas sobre nuestro estilo de vida”, agregó.
Esas interrogantes motivaron que el estudio de Ruiz Calderón, publicado en la revista “Science Advances”, fuera seleccionado por la organización American Association for the Advancement of Science para discusión de la comunidad científica. Y este próximo 11 de febrero, Ruiz Calderón, comparecerá ante los miembros de ese organismo que se reunen en el Washington Marriott Wardman Park Hotel, en Washington, para escuchar su disertación.
“Espero poder representar a Puerto Rico, una isla tan pequeña que siempre ha generado información valiosa en el mundo científico. Siendo tan pequeños, aportamos estudios tan importantes y con tanta relevancia”, puntualizó la joven.
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