Nos estamos derritiendo
El Ártico ha experimentado una alarmante reducción
Por Caty Arévalo / Agencia EFE
Tromso, Noruega – El deshielo Ártico elevará el nivel del mar entre 0.9 y 1.6 metros en 2100 respecto a los niveles de 1990, lo que supondrá un “severo riesgo” para los cientos de miles de personas que viven en zonas costeras y pequeñas islas, según un informe presentado en el congreso Arctic Frontiers por uno de los grupos de trabajo del Consejo Ártico.
La publicación, titulada El clima del Ártico: cambios en la nieve, el agua, el hielo y el permafrost, resume en 100 páginas un documento de cerca de 700 en el que el Grupo de Monitoreo y Evaluación del Consejo Ártico compiló las conclusiones de las investigaciones sobre el Ártico que han llevado a cabo más de 230 científicos en los últimos seis años.
“Con esta síntesis, queremos acercar a la sociedad civil la última ciencia y predicciones de futuro sobre el Ártico para que sea consciente de los cambios tan acelerados que están ocurriendo y de sus implicaciones”, explicó Lars-Otto Reirsen, secretario ejecutivo del Grupo de Seguimiento y Evaluación del Consejo Ártico.
“Esa ciencia dice que la criosfera del Ártico (la capa de la tierra que está permanente o temporalmente helada) ha experimentado cambios abruptos y sin precedentes en la última década”, agregó Reirsen.
Así, los últimos 6 años han sido los más cálidos desde que comenzaron los registros, en 1980.
“El mayor incremento de temperatura se ha producido en el otoño en aquellas zonas donde más hielo se había perdido durante el verano, lo que viene a indicar –dice el informe– que el océano ha absorbido más energía del sol en el periodo estival debido a la inexistencia de una cubierta helada”.
Los científicos prevén que este aumento de temperatura en el Ártico, especialmente durante el otoño y el invierno, continúe en los próximos años aun teniendo en cuenta escenarios en los que las emisiones de gases de efecto invernadero sean menores de lo que han sido en la última década.
Aumento
Este incremento estaría situado entre los 3 grados y los 6 grados en 2080 respecto a los niveles de 1990, lo que provocaría una mayor evaporación de agua y, por tanto, más tormentas, y hasta entre 15% y 30% más de nevadas, si bien la nieve se retiraría antes, en primavera.
El texto indica que el permafrost del Ártico, la capa permanentemente helada, ha experimentado un aumento de temperaturas de dos grados en las últimas dos décadas, y que los mayores retrocesos se han producido en la zona cercana a Quebec (Canadá), unos 130 kilómetros en los últimos 50 años, y en Rusia, entre 30 y 80 kilómetros, dependiendo de la zona, desde 1970.
Además, los modelos de predicción climática citados en el documento hablan de una pérdida de 10% a 30% de los glaciares a finales de siglo.
El deshielo del Ártico ya es considerado el principal causante del aumento del nivel del mar, 3.1 milímetros anuales desde 2003, pero esta contribución se incrementaría a finales de siglo, “donde la subida global podría superar el metro y medio, poniendo en riesgo ciudades muy pobladas como Nueva York o Shanghai”, subrayó Reirsen.
Por su parte, el ministro sueco de Asuntos Exteriores y actual presidente del Consejo Ártico, Carl Bildt, dijo durante la presentación del informe que “este retroceso en la capa de hielo y sus consecuencias son un claro recordatorio para todos de los dramáticos efectos del cambio climático, y suponen una mala noticia”.
Ante preguntas de los periodistas de si estas previsiones para el Ártico representaban, en cambio, una buena noticia en términos de explotación de recursos hasta ahora inaccesibles, Bildt señaló: “Todas las oportunidades que ofrece el deshielo tendrán que desarrollarse de una forma ambientalmente segura”.
El documento concluye con una serie de recomendaciones a los países del Ártico para frenar los cambios abruptos de los que habla, y enfatiza especialmente en la necesidad de que estos adquieran compromisos de reducción de emisiones para luchar contra el cambio climático.
Una recomendación que algunos de los miembros del Consejo Ártico –Canadá, Dinamarca, EE.UU., Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia– aún no parecen haber tomado demasiado en serio.
Y en los Andes
Asimismo, los glaciares de los Andes tropicales –que cruzan Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia– se han reducido en promedio entre 30% y 50% desde la década de los setenta hasta la fecha, reveló un estudio publicado esta semana en la revista académica Cryosphere.
Se trata, según el estudio, del ritmo de derretimiento más acelerado de los últimos 300 años.
Esta es una tendencia alarmante, si se considera que esos glaciares son la principal fuente de agua potable para millones de habitantes de la región.
La investigación, que incluye datos sobre prácticamente la mitad de los glaciares de los Andes, concluye que su derretimiento es el resultado del aumento de la temperatura, que subió en promedio 0.7 grados centígrados entre 1950 y 1994.
1 comentario:
muchas gracias tu blog me sirvio para conocer cosas que antes ignoraba
Publicar un comentario