Japón lucha por enfriar los reactores
En un mensaje televisado el primer ministro Naoto Kan revela la difícil situación
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Tokio - En un discurso televisado a nivel nacional, el primer ministro Naoto Kan, dijo hoy martes que la radiación se había esparcido de los cuatro reactores de la planta nuclear Fukushima (noreste del país) y recomendó que la gente que vive en un radio de 30 kilómetros (19 millas) de la planta que permanezca bajo techo.
Además, Yukio Edano, principal secretario del Gabinete, señaló que un cuarto reactor en el complejo Dai-ichi de Fukushima se incendió lo que provocó una mayor fuga de radiación. Minutos después, la agencia de seguridad nuclear dijo que un incendio fue extinguido.
La empresa operadora de la central nuclear reconoció que teme una fuga radiactiva por una posible fusión del núcleo del reactor número 2, donde ayer en la mañana se produjo también una explosión.
Tokyo Electric Power (TEPCO) admitió que puede haberse emitido radiación tras quedar dañada la estructura que envuelve al reactor número 2, mientras los niveles de radiactividad en la zona llegaron a marcar 8.217 microsievert por hora, ocho veces el límite permitido.
Durante las primeras horas de ayer, la alarma nuclear se incrementó en Japón por la confusión en torno a la central de Fukushima.
El Gobierno había sido muy precavido en sus declaraciones sobre la crisis en la central, admitió por primera vez que “muy probablemente” tres reactores de la central 1 de Fukushima han sufrido una fusión de sus núcleos a causa del sobrecalentamiento.
Ahora el objetivo de los equipos que trabajan en esa planta, operativa desde hace 40 años, es mantener intactos los recipientes primarios de contención de los reactores (las “capas” que los protegen) y evitar una peligrosa fuga de radiactividad en la zona, donde se ha evacuado a unas 200,000 personas.
Los esfuerzos para controlar los reactores se vieron dificultados por una explosión ayer en el edificio del reactor 3 que dejó once heridos, entre ellos siete trabajadores de la central y cuatro militares.
El Gobierno dijo que la explosión, similar a la ocurrida el sábado en el reactor 1, no fue nuclear sino química, causada por una acumulación de hidrógeno.
También aseguró que no dañó al reactor ni provocó una fuga masiva de radiación, ya que los niveles de radiactividad en torno a la central no parecían haberse disparado tras el accidente.
En cambio, el estallido pudo haber causado daños a cuatro de las bombas antiincendios que estaban preparadas para enfriar los reactores a través de la inyección de agua de mar, según la Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón.
A última hora de la tarde, este organismo indicaba que sólo había una bomba en funcionamiento para tratar de enfriar el reactor número 2, pese a que el 1 y el 3 todavía necesitaban nuevas inyecciones de agua marina, según la agencia local Kyodo.
La confusión sobre la situación de la planta se incrementó con informaciones contradictorias de la compañía propietaria Tokio Electric Power (TEPCO), que poco después de anunciar que la temperatura en los reactores 1 y 2 era por fin estable, sorprendió al advertir de un nuevo y grave sobrecalentamiento del segundo.
Y, pasada la medianoche, se sucedían las informaciones sobre serias dificultades con la temperatura del núcleo del reactor 2.
El propio portavoz del Gobierno, Edano, llegó a criticar a TEPCO al indicar que las informaciones que estaba haciendo llegar a la oficina del primer ministro eran “poco precisas”.
La preocupación llevó a efectuar exhaustivos controles de radiactividad en la zona, donde en la noche del domingo se hablaba de casi 200 personas que podían haber estado expuestas a radiaciones, sin que la cifra se confirmara ayer, lunes.
En medio de estas pruebas, ayer se detectaron síntomas de radiactividad de bajo nivel en 17 miembros de un equipo militar de EE.UU. que colaboraba con helicópteros en las labores de asistencia en la provincia de Miyagi, una de las más afectadas por el seísmo.
El descubrimiento llevó a que esa brigada suspendiera temporalmente sus trabajos, incluidos las operaciones del portaaviones de propulsión nuclear Ronald Reagan.
Según los militares de EE.UU., el origen de esa radiactividad habría sido una columna de humo proveniente de la central./
Por otra parte, los últimos recuentos de la policía japonesa respecto a las víctimas se acercan a los 1,900 muertos y superan los 3,000 desaparecidos.
El Gobierno japonés solicitó formalmente a Estados Unidos ayuda para enfriar los reactores nucleares averiados, informó ayer la Comisión Reguladora de la Energía Nuclear (NRC) estadounidense.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente de la comisión, Gregory Jaczko, indicó que la NRC ha respondido a la petición y podría aportar asistencia técnica.
La NRC ya cuenta con dos técnicos presentes en Japón, que tienen como misión informar a la embajada estadounidense sobre el desarrollo de los acontecimientos dentro de un equipo de la Agencia Internacional estadounidense para el Desarrollo (USAID).
“Es una situación seria y seguiremos aportando toda la asistencia que se nos pida”, declaró Jaczko
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