El crudo llega a las costas de Luisiana
Asimismo, se ha comenzado a incorporar a la corriente del Golfo
Las consecuencias del derrame para el ecosistema y la magnitud de la tragedia sigue siendo una incógnita.
Agencia EFE
Miami - La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA, por su siglas en inglés) informó ayer que “pequeñas porciones” de la mancha negra de petróleo que avanza por el Golfo de México han penetrado en la corriente principal marina.
La NOAA precisó que estas “ligeras o muy ligeras” capas de vertido de crudo pueden quedar atrapadas en una suerte de “remolino en el sentido de las agujas del reloj”, en medio del Golfo, y, por lo tanto, sustraerse al flujo de la corriente 70 kilómetros de barreras flotantes y los cerca de 2,000 kilómetros de playas que ofrece el estado permanecen limpias y abiertas al público, según el Departamento de Protección Medioambiental de Florida (DEP). Asimismo, la marea negra causada por el derrame penetró en las marismas en torno al delta del Mississippi, lo que aumentó la presión sobre British Petroleum (BP), que el domingo intentará, de nuevo, detener la fuga.
La voz de alarma la dio el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, cuando inspeccionó en una lancha los pantanos afectados por una espesa manta de crudo, que amenaza el frágil ecosistema del área. “El día que todos temíamos ha llegado”, lamentó el gobernador. “No son trozos de alquitrán, no es una capa aceitosa, esto es crudo pesado entrando en nuestras marismas”, aseguró.
Las consecuencias del derrame para el ecosistema y la magnitud de la tragedia sigue siendo una incógnita, al igual que la respuesta a la pregunta de cuándo British Petroleum logrará detener la fuga y la naturaleza comenzará a recuperarse, poco a poco, del impacto.
Científicos y oceanógrafos han acusado al Gobierno del presidente de EE.UU., Barack Obama, de haber sido demasiado permisivo con BP y de no haber exigido un análisis de cuántos barriles de petróleo entran cada día en las aguas del Golfo a través de la fuga.
Podría ser “catastrófico”
La petrolera ha dicho que se trata de 5,000 barriles diarios, cifra que utiliza también el Gobierno, mientras que otros cálculos apuntan a entre 25,000 y 95,000 barriles diarios. El secretario del Interior de EE.UU., Ken Salazar, aseguró ayer en la cadena CBS que el Gobierno hará su propio cálculo de la cantidad de crudo que se ha derramado en las aguas del Golfo. Reconoció que nadie sabe a ciencia cierta cuál será el daño provocado por el derrame, el cual BP ha tratado de minimizar. “No sabemos si será mínimo o no. Podría ser catastrófico”, señaló Salazar en el programa Early Show.
La NOAA precisó que estas “ligeras o muy ligeras” capas de vertido de crudo pueden quedar atrapadas en una suerte de “remolino en el sentido de las agujas del reloj”, en medio del Golfo, y, por lo tanto, sustraerse al flujo de la corriente 70 kilómetros de barreras flotantes y los cerca de 2,000 kilómetros de playas que ofrece el estado permanecen limpias y abiertas al público, según el Departamento de Protección Medioambiental de Florida (DEP). Asimismo, la marea negra causada por el derrame penetró en las marismas en torno al delta del Mississippi, lo que aumentó la presión sobre British Petroleum (BP), que el domingo intentará, de nuevo, detener la fuga.
La voz de alarma la dio el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, cuando inspeccionó en una lancha los pantanos afectados por una espesa manta de crudo, que amenaza el frágil ecosistema del área. “El día que todos temíamos ha llegado”, lamentó el gobernador. “No son trozos de alquitrán, no es una capa aceitosa, esto es crudo pesado entrando en nuestras marismas”, aseguró.
Las consecuencias del derrame para el ecosistema y la magnitud de la tragedia sigue siendo una incógnita, al igual que la respuesta a la pregunta de cuándo British Petroleum logrará detener la fuga y la naturaleza comenzará a recuperarse, poco a poco, del impacto.
Científicos y oceanógrafos han acusado al Gobierno del presidente de EE.UU., Barack Obama, de haber sido demasiado permisivo con BP y de no haber exigido un análisis de cuántos barriles de petróleo entran cada día en las aguas del Golfo a través de la fuga.
Podría ser “catastrófico”
La petrolera ha dicho que se trata de 5,000 barriles diarios, cifra que utiliza también el Gobierno, mientras que otros cálculos apuntan a entre 25,000 y 95,000 barriles diarios. El secretario del Interior de EE.UU., Ken Salazar, aseguró ayer en la cadena CBS que el Gobierno hará su propio cálculo de la cantidad de crudo que se ha derramado en las aguas del Golfo. Reconoció que nadie sabe a ciencia cierta cuál será el daño provocado por el derrame, el cual BP ha tratado de minimizar. “No sabemos si será mínimo o no. Podría ser catastrófico”, señaló Salazar en el programa Early Show.
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