Desentrañan el ‘jet lag’
Según investigadores, unas células especiales se encargan de regular el reloj biológico de las personas
Las personas que sufren de ‘jet lag’ siguen viviendo según su ‘reloj personal’.
Por Dave Lee / BBC
LONDRES - Nuevos descubrimientos sobre cómo funciona el reloj biológico del cuerpo podrían proporcionar pistas para ayudar a combatir el “jet lag’, el trastorno físico que se produce cuando se atraviesan varios husos horarios.
Un equipo de la Universidad de Manchester estudió unas células especiales que, aseguran los investigadores, juegan un papel importante en la regulación del reloj biológico de una persona.
Se pensaba que las células permanecían inactivas durante el día, pero este estudio encontró que la realidad indica lo contrario.
Se espera que los hallazgos también puedan allanar el camino para luchar contra los trastornos del sueño provocados por el mal funcionamiento del reloj corporal.
El profesor Hugh Piggins, un experto en neurociencia de la Universidad de Manchester, dijo que la investigación permitirá un nuevo enfoque para poder ajustar el reloj biológico.
Dos células
La investigación derribó la creencia de que el cerebro mantiene el reloj corporal disparando más células durante el día y muy pocas durante la noche.
“El modelo tradicional decía que el reloj y el cerebro se comunicaban con el resto del cerebro a través del número de impulsos eléctricos que las células del cerebro estaban produciendo”, dijo el profesor Piggins a la BBC.
“Estos impulsos viajan alrededor del cerebro diciéndole qué hora del día es”, agregó.
“De hecho, lo que hemos encontrado es que hay al menos dos tipos de células en esta parte del cerebro”, explicó.
Estas células cerebrales no se comportan como cualquier otra y contienen un gen clave -per1- que les permite mantener niveles inusualmente altos de “excitación”.
Las células se vuelven tan “emocionadas” que parecen tranquilas, o incluso muertas, pero luego que se calman, se recuperan y se activan normalmente otra vez.
Es esta actividad la que le dice al cuerpo humano cuándo estar despierto.
Disfunción del sueño
El profesor Piggins aseguró que “hay un gran interés en la industria farmacéutica, obviamente, para tratar de desarrollar tratamientos químicos para restablecer el reloj biológico y ayudar a contrarrestar cosas como el jet lag”.
“O, quizá más importante, diferentes tipos de trastornos del sueño en los que a menudo están implicados disfunciones en este reloj”, agregó.
Este estudio marca la primera vez que estas células “tranquilas” han sido estudiadas.
“Esto puede significar que en otras partes del cerebro hay células como éstas, que también pueden sobrevivir a estas condiciones muy inusuales”, dijo Piggins.
LA MOLÉCULA CAMP
Por otro lado, un grupo de científicos británicos reveló que una pequeña molécula podría estar a cargo de hacer caminar al reloj biológico que llevamos en el cuerpo.
La encargada del reloj biológico es una pequeña molécula llamada cAMP.
Se trata de un compuesto común, llamado cAMP, que según los investigadores está involucrado en mantener el ritmo de nuestro ciclo biológico.
El hallazgo -en estudios con ratones- fue llevado a cabo en el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigaciones Médicas del Reino Unido.
Los científicos esperan que este descubrimiento conduzca al desarrollo de medicamentos que afecten la cAMP.
Esto, dicen, podría ayudar por ejemplo a que los trabajadores de turnos nocturnos, viajeros frecuentes de largo trayecto o personas con trastornos de sueño, “reajusten” su reloj corporal.
Todavía, sin embargo, faltan muchas más investigaciones para lograrlo, afirma el estudio publicado en la revista Science.
El reloj interno del cuerpo es un mecanismo extremadamente susceptible que puede anticipar los cambios en el medio ambiente y regular varias funciones corporales.
El hallazgo podría conducir al desarrollo de fármacos para ajustar el ritmo corporal.
Éstas van desde patrones de sueño hasta procesos de metabolismo y de conducta.
Son los llamados “ritmos circadianos”, los actividad biológica que ocurre en un ciclo de 24 horas.
Y se ha demostrado que cuando éstos son interrumpidos pueden provocar insomnio, depresión, enfermedades cardiacas, cáncer y trastornos degenerativos.
domingo, 6 de diciembre de 2009
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